
Rebozar el pescado blando hace que éste quede jugoso y con una textura muy suave. Se puede comer en caliente o en frío, y admite muy bien el acompañamiento de salsas. Se puede utilizar cualquier pescado blanco (merluza, gallo, panga, lenguado, etc) troceado en filetes o en rodajas. Yo prefiero que no lleve piel ni espinas, pero se podría hacer igualmente.
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Ingredientes (para 4 personas)
500 gramos Pescado Blanco
2 Huevos
Harina
Sal
Aceite de Oliva
Preparación
Se lavan los trozos de pescado y se secan bien.
Se baten los huevos con una pizca de sal. (También se puede añadir ajo y perejil muy picados y pasados por el mortero)
Los trozos de pescado se sazonan y se enharinan, retirando el sobrante de harina.
Se pasan por el huevo batido y se fríen con aceite muy caliente por ambos lados, hasta que queden dorados y no esté crudo por dentro.
Se sacan de la sartén y se depositan unos minutos en un plato con papel absorbente, para quitarles el exceso de aceite. Se sirven.
